Este tema siempre ha sido inquietante para los pacientes que quieren perder peso, sin embargo debo advertir que puede y ha generado polémica en muchos campos, debido a que siempre las frutas han sido consideradas lo más saludable que la naturaleza nos ha dado. Y sin duda también lo afirmo.
Aquí el dilema queda resuelto cuando reviso los diarios de alimentos de mis pacientes y veo que una fracción importante de ellos toman jugos y comen más frutas que vasos de agua, casi como si significara ingerirlas sin ninguna repercusión en su metabolismo y menos si que pensarlo en su peso, casi igual que considerándolas como vasos de agua.
Para sorpresa de muchos pacientes, una vez analizado individualmente su caso y revisados sus exámenes, ven que son beneficiados en su pérdida de peso y en su metabolismo con la restricción o suspensión casi absoluta de jugos, y de manera moderada a casi cero de porciones de fruta entera. En estos casos no es que no sepamos el altísimo valor nutricional de todas ellas, sino así mismo el elevadísimo poder de algunas de ellas de estimular la insulina, hormona que para muchos es una de las pesadillas que tienen que afrontar para poder perder peso.
Entonces siempre mi recomendación no es suspenderlas, es aprender a comerlas, a revisar cuales y en qué cantidad las tolera cada cuerpo, cerebro, páncreas, etc, para poder disfrutarlas sin remordimientos, pero también tenerlas en cuenta a la hora de preguntarse "por qué no pierdo peso si yo como tan sano?
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